• Pared, techo y piso. Movedizo.


Realmente quiero subir por el cordón y pasar por la infinidad de agujeros. Primero hacia un lado y después hacia el otro. Mareándome. Haciendo ese nudo de técnicas milenarias e incomprensibles que se aprenden cuando aún siquiera tenemos conciencia de la vida.
Llegando al interior: ese lugar oscuro y desconocido en donde si buscamos bien, se puede llegar a encontrar aquel talco del día anterior, la pelusa de la alfombra o esa piedrita molesta de la plaza.

De veras quiero estar en los zapatos de aquel individuo que se subió al subte el sábado a las 6 de la mañana.

Qué hacía ese tipo engominado, con olor a betún Cobra?
Y aquel libro gigante, con dibujos tan psicodélicos como los de los cuadernos Norte?. Eso, que decía Biblia.
Por qué se para en la mitad del vagón semi vacío, ruidoso y empieza a leer supuestas verdades en voz alta con aquella sonrisa de un café americano con gusto a hazelnut??

- "Because, ladies and gentlemen....the Lord is..."
- "The next station is kjafgshkvfre 34...Stand clear ...osing door...zenk"
- "The LORD is between us!!!! Smile. Today it can be your last day. But the lord it‚s gonna forgive you, bro."

Frenada y pleno control del charol sobre el piso movedizo del vagón. Todo es cámara lenta y yo quiero estar en los zapatos de este tipo. Comprender en serio como puede hablar con tanto sentimiento sobre aquel compilado serial del libro gordo de petete cuya portada debería decir: "it's all about piece of sheets."

Quiero entenderlo. Me encantaría pararme, agarrarle el libro. Cerrarlo, dejando mi meñique señalando en esa página y bajarme en 42 st Bryant Park. Sentarme en esos bancos de madera, combinables con el betún y hacerle muchas, muchísimas preguntas. Posiblemente ninguna acerca del libro. Más bien me interesaría saber cosas como si tuvo una pelela, de qué color, como le sacaba punta a los lápices, que pensó la primera vez que vió un pescado en una pecera, cuál es el primer olor que se acuerda. En serio, quisiera meterme en el coco de una persona así y por un segundo entender esa simplicidad de la vida tan auténtica, que lo llevó a ser parte de una historia de la simplicidad de la vida.

Y no iba a ser la primera vez que me pase de estación. Yo lo sabía; lo creí desde un principio y era feliz por ello. Igual que este flaco con el librito.

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