• Deportes en el recuerdo: coleccioná y jugá.

En el sector nostálgico de nuestro disco rígido, siempre hay un área destinada a los Palitos de la Selva.
Por si no lo encontraron, es justo entre el de los caramelos de la Yapa y el Chicle Jirafa.

Compañero de reuniones, animador destacado en cumpleaños de nenes, pedazo de vuelto del kiosko sin cambio, regalo que siempre reúne a la gente en el afán de adivinar el animal a partir de la mera descripción.
Como los incumplibles horóscopos del chicle Bazooka, no se sabe quién está atrás de cuanto manual de colegio y esquemas dibujados de cadenas alimentarias para llegar a conclusiones animales.

Lo cierto es que la tentación de regalar Palitos de la Selva, abrirlos, morderlos estirándolos hasta romperlos, mientras que con las manos pegotosas leemos la descripción, es tremendamente inevitable.
Esto se facilita en verano, porque el frío del invierno los vuelve una dura amenaza para las muelas.

Generalmente son los típicos bichos: murciélago, castor, jirafa, elefante.
Ahora si uno tiene la eventual casualidad de que le toque un "hipocampo dragón", creo que es más que necesario hacer pública semejante suerte. Más si se parece a una planta y se confunde con las algas del mar.

2 comentarios:

Tomás Grounauer dijo...

Los Palitos tienen su lugar asegurado en el archivo de mi memoria gustativa. Desde hace un tiempo vienen duplicando la apuesta con los Palitos GRANDES y los de uva. En un momento (hace muchos años) hubo palitos de chocolate -color blanco y chocolate-, ¿te acordás?

María •• dijo...

Hola Cerebro!
Si pero esos palitos remixados pierden toda la nostalgia que acarean en sí mismos. Es como los Pico Dulce de menta! O el Nesquick de frutilla que tampoco tuvo éxito...Ya tienen un plan de ventas por detrás que le quitan el alma que uno le pone.

Los de chocolate no los llegué a conocer! Pero chocolate con selva es una combinación extrañísima! Si me los imagino con el nombre de "habanitos" o "ramitas" como mucho...pero Palitos de la Selva de chocolate es lo más extraño que escuché de la jerga kioskeril! si es que se puede inventar ese término.

Saludos!