
El F hasta Brighton Beach.
Salir y percibir el mundo entre calles de carteles rusos, entremezclados con olor a pan recién secuestrado por señoras de bolsas de lana y changos anacrónicos.
Pasar por la plaza central donde reina el mundo de los alfiles entre las torres de barbas blancas, como peones sedientos de su patria.
Llegar a la avenida principal, junto al mar de utilería coronado de palmeras plásticas.
Comer un choclo disfrutando de cientos de personajes pasar. De esos que hacen concientizar la verdadera humanidad.
Aterrizar en los ochenta en un cohete de latón al llegar al Deno's Park.
Un ticket, por favor.
La vuelta al mundo en varios flashes.
El flash de vuelta en varios mundos.
Descansar un horizonte en el muelle, con teletransportador escondido al momento ideal.
Respirar bien profundo e intentar guardar cada una de las lucecitas encendiéndose desde el parque hasta el mar. Con ruidos de insert coin y música de next round.
Con eso y todo, recién vamos por los zapatos de Missis Coney.
Un personaje real, hecho ficción.
• Miss Coney.
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