Mocos, gargantas, voces gastadas, carilinas por todos lados, infaltables comentarios del clima, anilina vieja de ropero, escalofríos, manos y orejas dormidas, narices rojas y cuerpos Michelinizados por la sumatoria de abrigo cual cebolla. Con ustedes...este invierno desopilante cargado de calendario y nubecitas de meteorólogos.
• Despertate! tenés que ir al invierno.
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